Tras la muerte de Anfitrión, el trono de
Micenas debía recaer sobre el primogénito de los dos descendientes de
Perseo:
Heracles y su primo
Euristeo.
Hera, que no estaba dispuesta a que el hijo de
Alcmena accediese al trono, retrasó el nacimiento de éste y adelantó el de
Euristeo, que nació dos meses antes del tiempo de gestación y que más tarde reinaría en el puesto que hubiera correspondido a
Heracles. Éste tuvo que ponerse a su servicio durante 12 años, a lo largo de los realizó los 12 trabajos que
Euristeo le había impuesto.